¿Sabías que la primera diseñadora profesional de interiores fue una mujer? Te hablamos de Elsie de Wolfe, una figura destacada de la historia del diseño de interiores. Vivió en el siglo XIX, una actriz que se convirtió en experta en decoración e interiorismo. Ella fue la primera persona en emplear el término “decorador de interiores”, y la primera en abrir una empresa de diseño de interiores.
Aun así, la historia del diseño de interiores se remonta muchos años atrás. En este artículo viajaremos al pasado para entender mejor el presente y podernos anticipar a las tendencias del futuro. ¿Listo/a? ¡Vamos allá!
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Índice de contenidos
¿Quién creó el diseño de interiores?
Su visión y pasión por transformar espacios interiores sentaron las bases para una industria que, a día de hoy, pleno siglo XXI, sigue siendo una disciplina altamente demandada y valorada, tanto por empresas como por particulares.
Su estilo decorativo se destacó por un enfoque fresco, innovador y rompedor para la época.
A principios del siglo XX, la mayoría de las personas veían el diseño de interiores como algo opulento y ornamentado. Sin embargo, Elsie de Wolfe abogó por un enfoque más liviano y moderno. Fue una de las primeras en abogar por la simplicidad, la funcionalidad y la comodidad en la decoración de interiores, alejándose de la ostentación y el exceso de la época victoriana.
De hecho, podríamos considerarla precursora de muchos de los estilos minimalistas que reinan a día de hoy, desde el nórdico hasta el japandi.
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¿Cuál es el origen del interiorismo? Un recorrido por la historia del diseño de interiores
Pero como os comentábamos al principio, el origen de la historia del diseño de interiores es mucho más lejano. Para ello, debemos remontarnos a los inicios de la arquitectura. Veamos cómo ha ido evolucionando esta disciplina a lo largo de los años:
Antigüedad
En la Antigüedad, específicamente en el antiguo Egipto, el diseño de interiores reflejaba la preocupación por la simetría y la proporción. Las viviendas y templos egipcios exhibían murales decorativos, jeroglíficos y un mobiliario relativamente simple.
Por otro lado, en la antigua Grecia, el énfasis en la armonía y la proporción se tradujo en interiores que incorporaban elementos arquitectónicos distintivos, como columnas, frisos y frontones, influyendo en la estética de la decoración.
Edad Media
Durante la Edad Media, el período románico se caracterizó por interiores oscuros y austeros, con una falta de ornamentación. Las iglesias eran centrales en el diseño, destacando arcos semicirculares y detalles artísticos.
En contraste, el estilo gótico, que prevaleció entre los siglos XII y XV, introdujo elementos más elaborados, como vidrieras coloridas, arcos puntiagudos y bóvedas altas, que transformaron los interiores de iglesias y castillos en expresiones artísticas impresionantes.
Renacimiento y Barroco
Durante el Renacimiento, que abarcó desde el siglo XIV hasta el siglo XVII, el diseño de interiores experimentó una transformación significativa.
En este período, el Renacimiento italiano influyó en la estética con una fuerte inclinación hacia la simetría y la proporción clásica. Los interiores presentaban líneas limpias y elegantes, con muebles y decoración que reflejaban la influencia de la antigua Grecia y Roma.
Como veis, aquí la historia ya comienza a repetirse. Y es que los nuevos estilos se inspiran en los antiguos, tanto en el siglo XIV como en la actualidad.
El Barroco, que siguió al Renacimiento, se extendió desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII. Este estilo se caracterizó por su opulencia y ornamentación exuberante.
Los interiores barrocos exhibían una profusión de detalles ornamentados, colores ricos y muebles lujosos, creando un ambiente de grandiosidad y extravagancia.
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Neoclasicismo y Romanticismo
El Neoclasicismo, que se estableció a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, buscaba inspiración en la antigüedad clásica, especialmente en la arquitectura y el arte grecorromano. Este estilo se reflejó en el diseño de interiores a través de líneas elegantes, proporciones equilibrads y la incorporación de elementos arquitectónicos clásicos.
El Romanticismo, que se desarrolló en paralelo al Neoclasicismo, celebró la individualidad y la expresión personal. En el diseño de interiores, esto se tradujo en un enfoque más relajado y menos formal. Los interiores románticos eran caracterizados por la diversidad de estilos, la mezcla de elementos decorativos y una mayor atención a la comodidad y la intimidad.
Época Victoriana
En la época victoriana, que abarcó desde 1837 hasta 1901, los interiores reflejaban la opulencia y el exceso de la época. Muebles pesados, cortinas elaboradas y una profusión de accesorios decorativos eran comunes en los hogares victorianos, creando un ambiente rico en detalles y adornos.
Siglo XX
En el siglo XX, el Art Nouveau, con su enfoque en líneas orgánicas y curvas inspiradas en la naturaleza, influyó en el diseño de interiores de la época.
Posteriormente, la Bauhaus, fundada en 1919 en Alemania, fue una escuela que revolucionó el diseño de interiores y la arquitectura. La Bauhaus abogó por la funcionalidad, la simplicidad y la eliminación de la ornamentación innecesaria, marcando una transición hacia el modernismo. Este enfoque influyó en el diseño de interiores de manera significativa, promoviendo la idea de que la forma debía seguir a la función y estableciendo las bases para el minimalismo y la estética contemporánea.
El siglo XX también presenció el auge de estilos como el Art Decó, que introdujo un enfoque lujoso y moderno con geometría y detalles glamorosos, así como el eclecticismo y el diseño sostenible en las últimas décadas del siglo.
El Modernismo, a partir de la década de 1930, abogó por la simplicidad y la funcionalidad, marcando el surgimiento de un enfoque más minimalista en el diseño de interiores.
Estos movimientos sentaron las bases para la diversidad de estilos y enfoques que caracterizan el diseño de interiores contemporáneo.
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