En un día como hoy, Día Internacional de la Mujer, queremos profundizar en la importancia de educar en igualdad, lo que se conoce como coeducación, la cual promueve la igualdad de oportunidades, independientemente de la condición sexual.
Vamos a ver por qué es necesaria la educación en igualdad de género y qué acciones debemos aplicar como sociedad para romper con los estereotipos, la desigualdad y todos los frenos que impiden a las mujeres crecer personal y profesionalmente.
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¿Qué es educar en igualdad?
Educar en igualdad responde al término de coeducación. Esta, según la definición propuesta por la RAE, es la “acción educativa que potencia la igualdad real de oportunidades y la eliminación de cualquier tipo de discriminación por razón de orientación sexual, identidad de género o expresión de género”.
Dicho en pocas palabras, coeducar o educar en igualdad significa educar a las niñas y los niños en igualdad de condiciones, fomentando valores como el respeto, el diálogo y la tolerancia. Esto implica eliminar estereotipos y roles preconcebidos sobre lo que “es para mujeres o para hombres”, proporcionando los mismos recursos para que ambos desarrollen capacidades y habilidades sin distinciones.
¿Por qué es importante educar en igualdad?
La educación en igualdad de género es la herramienta clave para hacer de la igualdad de condiciones un sueño hecho realidad, tanto en el ámbito socioeducativo como personal y profesional. Esta sería la idea inicial, pero más concretamente podemos afirmar que educar en igualdad es importante porque:
- Logra una sociedad libre de estereotipos.
- Previene la violencia de género, el abuso sexual y el acoso en las aulas.
- Fomenta la educación basada en la solidaridad, el respeto y la convivencia pacífica.
- Evita discriminaciones por género y comportamiento sexistas.
¿Qué hacer para fomentar la igualdad de género?
La igualdad de oportunidades se construye en las aulas y en los hogares, a través de la educación y la crianza que reciben las niñas y los niños. Y es que, la igualdad también se aprende, como reza el título del libro de Elena Simón, referente en la publicación de materiales didácticos con enfoques de género.
Sabemos la teoría, pero ¿cómo ponerla en práctica? Algunas de las acciones que podemos aplicar en el hogar y en las aulas para fomentar la educación en igualdad son:
- Acabar con los estereotipos de género y los roles preestablecidos.
- Eliminar los los mandos por condición sexual.
- Fomentar la libertad de expresión; que las niñas y los niños no se vean limitados para mostrar sus sentimientos y emociones.
- Proporcionar las herramientas para necesarias para poner fin a las desigualdades y división de clases por ideología o rasgos culturales.
- Educar a las y los menores en empatía, tolerancia y respeto a la diversidad.
- Dar una mayor visibilidad a las mujeres y a sus logros en todas las materias, tanto artísticas, literarias y sociales, como científicas y tecnológicas.
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Cómo promover la igualdad en el aula
Y todo ello, no deben ser actividades exclusivas del Día de la Mujer, sino un hábito instaurado, un cambio profundo y extendido en el tiempo. Por ejemplo, la igualdad de género en la escuela pasa también por:
- Implementar nuevas formas de enseñanza y modelos de aprendizaje.
- Formar a los propios formadores/as para que sepan inculcar la educación en igualdad. No hay mejor enseñanza que el ejemplo que ellas y ellos mismos puedan dar.
- Proponer contenidos renovados, modificando libros de texto y protagonistas de cuentos, por ejemplo.
- Reinventar espacios con aulas y sitios de recreo que inviten a la igualdad.
En definitiva, se trata de desaprender para aprender desde cero, reflexionando sobre los modelos socioeducativos que han quedado obsoletos y planteando otros donde los sesgos y los estereotipos no tengan cabida. Educar en igualdad hoy es clave para ser personas igualitarias el día de mañana. Y esta es la realidad que, entre todas y todos, debemos construir.