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    El cáncer es el mayor problema sociosanitario del mundo. Por esta razón, cada 4 de febrero celebramos el Día Mundial Contra el Cáncer, una jornada para concienciar sobre una enfermedad que afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo.

    Según la American Cancer Society, uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres será diagnosticado/a en el transcurso de su vida. Pero no todo son malas noticias. En las últimas décadas, la mortalidad ha disminuido y la supervivencia de los pacientes se ha duplicado. Todo ello gracias a la prevención, el diagnóstico precoz, los avances en los tratamientos para el cáncer y la adopción de hábitos saludables.

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    ¿Qué es el cáncer?

    El cáncer es un conjunto de enfermedades caracterizadas por el desarrollo de células anormales que se dividen y crecen de manera incontrolable en cualquier parte del cuerpo, incluyendo la piel, huesos, músculos, sangre, tejidos linfáticos y órganos internos.

    Mientras que las células sanas del cuerpo humano se dividen y mueren en un período de tiempo determinado, las células cancerosas o tumorales pierden dicha capacidad para morir y se multiplican sin control. Esto da lugar a la formación de tumores o neoplasias, que invaden, dañan y destruyen los tejidos y órganos cercanos.

    Sin embargo, no todos los cánceres forman tumores, ni todos los tumores son malignos, es decir, cancerosos. Los tumores benignos crecen a un ritmo más lento y no se diseminan ni dañan los tejidos y órganos que tienen a su alrededor.

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    Tipos de cáncer

    Existen muchos tipos de cáncer, que dependen del tejido u órgano en el que se ha desarrollado. Por ejemplo, el cáncer de colon sigue siendo cáncer de colon a pesar de que haya podido propagarse a otras partes del cuerpo.

    Podemos clasificarlos en dos categorías principales:

    • Cánceres hematológicos o de la sangre, que se desarrollan en los glóbulos sanguíneos. Por ejemplo, la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple.
    • Cánceres de tumor sólido, también conocidos como carcinomas y sarcomas, que se desarrollan en cualquier parte del cuerpo, órgano o tejido. El colorrectal, de mama, de pulmón, de próstata y de vejiga urinaria son los más frecuentes.

    ¿Cómo se diagnostica?

    El cáncer se diagnostica a través de diversos métodos, incluyendo:

    • Exámenes físicos y análisis de sangre.
    • Tomografías, como rayos X, tomografía por emisión de positrones (TEP), tomografía computarizada (TC), tomografía nuclear o gammagrafía, resonancias magnéticas, ecografías, etcétera.
    • Biopsias. En esta categoría distinguimos las biopsias hechas con aguja y las biopsias hechas con endoscopia.
    • Pruebas de detección temprana, como mamografías, test de Papanicolaou, también conocido como citología cérvico-vaginal; prueba de antígeno prostático, etcétera.

    Sintomatología

    Los síntomas del cáncer no son iguales en todos los casos, ya que dependen del tipo de cáncer y del lugar del cuerpo en el que se ha desarrollado. Sin embargo, algunos síntomas generales pueden incluir:

    • Debilidad y cansancio que no mejora con el descanso.
    • Aumento o pérdida de peso significativa sin razón aparente.
    • Falta de apetito.
    • Dolor abdominal, náuseas y vómitos.
    • Fiebre.
    • Tos o irritación de la garganta que no desaparece.
    • Sudores nocturnos.
    • Dolores de cabeza.
    • Dolor que surge sin explicación y que no desaparece.
    • Sangrado o secreción inusual, llagas y úlceras.
    • Cambios en la piel y en las uñas.
    • Endurecimiento o bultos y masas extrañas en cualquier parte del cuerpo.
    • Complicaciones para realizar necesidades fisiológicas, como orinar, defecar o tragar.

    Factores de riesgo del cáncer

    El cáncer es causado tanto por factores externos, como el tabaquismo u organismos infecciosos, como por factores internos, como mutaciones genéticas hereditarias, hormonales y afecciones del sistema inmunitario. Otros factores de riesgo incluyen la radiación ultravioleta y la edad.

    Sin embargo, una de cada tres muertes por cáncer se asocia a factores de riesgo evitables, tales como:

    • Obesidad y sobrepeso.
    • Consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias tóxicas.
    • Infecciones causadas por virus y bacterias.
    • Sedentarismo.
    • Dietas poco saludables y pobres en frutas y verduras.

    Según el informe Datos y estadísticas sobre el cáncer entre los Hispanos/Latinos 2021-2023, se estima que el 42% de todos los casos de cáncer y el 45% de las muertes se podrían prevenir adoptando unos hábitos de vida saludables, que incluyan la eliminación del tabaco, el alcohol y otras drogas; un mayor consumo de vegetales y la práctica diaria de actividad física. Otros cánceres, causados por virus y bacterias, se pueden evitar previniendo la infección mediante vacunas y otras medidas de protección, o tratándola una vez se ha desarrollado.

    Tratamiento del cáncer

    La detección temprana del cáncer es fundamental a la hora de pautar un tratamiento adecuado, que dependerá del tipo de tumor, de la etapa en la que se encuentre y del estado de salud del paciente. Además, en la mayoría de los casos se recomienda la intervención de uno o más tratamientos.

    En lo que se refiere a la estadificación del cáncer, la mayoría de médicos necesitan saber en qué etapa del cáncer se encuentra la enfermedad para saber qué tratamiento es el adecuado. Por ejemplo, en sus etapas iniciales puede tratarse con cirugía o radioterapia, mientras que en las etapas más avanzadas puede requerir el uso de quimioterapia, inmunoterapia o medicamentos de terapia dirigida.

    Algunas de las técnicas y tratamientos utilizados para tratar el cáncer son los siguientes:

    • Cirugía.
    • Radioterapia.
    • Quimioterapia.
    • Inmunoterapia.
    • Hormonoterapia.
    • Terapia génica.

    Cuidados paliativos oncológicos

    Los cuidados paliativos oncológicos, también llamados cuidados de apoyo o tratamientos paliativos, están indicados para aliviar los síntomas de la enfermedad y de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer en cualquier etapa. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes y de los cuidadores. Este tipo de cuidados son adecuados para personas de todas las edades, y se deberán utilizar siempre que una persona presente síntomas que deban ser controlados para no empeorar su estado de salud.

    En muchos casos, en los pacientes oncológicos, los cuidados paliativos se ofrecen desde el primer momento en que se diagnostica la enfermedad, y continúan una vez finalizado el tratamiento. Gran parte de estos servicios están destinados a aliviar los síntomas y reducir el dolor y el estrés que se padece.

    Mitos y verdades sobre el cáncer

    1. Si hay metástasis, no existe posibilidad de curarse. La metástasis es la propagación del cáncer a otros órganos y tejidos. Es un mal pronóstico, pero no significa que sea incurable.
    2. El cáncer es contagioso. No. El cáncer no es una enfermedad infecciosa y, por lo tanto, no se puede contagiar de una persona a otra. No obstante, las enfermedades infecciosas provocadas por un virus o una bacteria, como el VIH, el Papiloma o la Hepatitis, sí pueden aumentar el riesgo de padecerlo.
    3. El cáncer es hereditario. Existe cierta predisposición a padecer determinados tipos de cáncer, como el de mama o colorrectal. Sin embargo, esta cifra corresponde a entre 5 y 10% del total de casos diagnosticados; el 90% restante no tienen nada que ver con factores hereditarios.
    4. El cáncer duele. No siempre. La aparición de dolor depende de la zona en la que se haya originado y/o desarrollado el tumor.
    5. El cáncer no se puede evitar de ningún modo. Más del 30% de casos en todo el mundo se podrían evitar mediante la adopción de hábitos saludables, el abandono del tabaquismo y otras sustancias tóxicas, la práctica del deporte, etcétera.
    6. El estrés y la ansiedad pueden provocar cáncer o lo empeoran. Falso. Existen numerosos estudios científicos que niegan la relación entre el estrés y el cáncer. Lo que sí es cierto es que, desde un punto de vista psicológico, mantener un estado de ánimo positivo puede ayudar a afrontar mejor la enfermedad.
    7. “Si solo fumo un cigarrillo al día, no tengo tanto riesgo de tener cáncer”. El riesgo de desarrollar un tumor aumenta a partir de la primera calada. De hecho, con solo respirar el humo de una persona fumadora, ya aumentan las posibilidades de contraer esta enfermedad.
    8. Los desodorantes causan cáncer. No existe ningún estudio que indique, con seguridad, que el uso de desodorantes pueda aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
    9. Los edulcorantes provocan cáncer. Mentira. Muchos alimentos light tienen edulcorantes, como la sacarina o el ciclamato. Sin embargo, los estudios realizados hasta el momento, no han evidenciado que exista una correlación entre el consumo de edulcorantes y el riesgo de padecer cáncer.
    10. Las terapias alternativas pueden curar el cáncer. Falso y, además, peligroso. Las terapias alternativas, como el reiki o la acupuntura, pueden acompañar los tratamientos médicos, pero nunca sustituirlos. Antes de iniciar cualquier tratamiento secundario se debe consultar a un médico.

    La investigación salva vidas. Para vencer al cáncer, es imprescindible descubrir qué factores lo provocan y encontrar nuevos y mejores tratamientos que permitan destruir la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes durante todo el proceso.