El apego es algo natural en los seres humanos, el problema está cuando llegamos a conclusiones equivocadas, como la dependencia emocional. Este cuadro se presenta en la persona que sufre por permanecer en un estado de identificación extrema hacia su pareja o alguna situación. Es decir, que hay una gran necesidad por mantener el vínculo emocional y el afecto hacia algo más. Como esto puede traer consecuencias graves, hoy te contamos alguna claves para saber cómo sobrellevar una relación de este tipo. Así que, sigue leyendo o fórmate de manera profesional en este ámbito con nuestra Maestría en Educación Sexual y Planificación Familiar.
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¿Por qué se produce la dependencia emocional?
Este patrón psicológico surge como una necesidad a que otros asuman ciertas responsabilidades en los aspectos principales de nuestra vida. También, por el temor a la separación de personas importantes o por las complicaciones de tomar decisiones por nosotros mismos. Incluso, por las dificultades de expresar el desacuerdo con otros a causa del miedo a la pérdida de aprobación.
Generalmente, la dependencia emocional se encuentra en personas con baja autoestima que se desvalorizan sistemáticamente. Igualmente, la mayoría del tiempo se muestran críticos consigo mismos y con su manera de ser, hasta sentirse inferiores y menospreciados. Esto provoca que inicien relaciones poco sanas al tener sentimientos excesivos y poco adaptativos por temor a que la relación se termine en algún momento. Por lo tanto, suele pasar que estas personas no piensan en sus necesidades y se anulan a sí mismos a favor de su pareja, familia o amistades. Por ello, tienden a ser sensibles a la aprobación de sus actos por parte de estas personas.
¿Cuáles son las consecuencias de la dependencia emocional?
Es importante destacar que muchas de las personas dependientes buscan parejas con un carácter dominante, con una personalidad que tiende hacia el egoísmo y el narcisismo. En casos más extremos, la persona con dependencia puede sufrir algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de su pareja. Aunque reconoce el menosprecio que vive a diario, no tiene la capacidad de dejar de estar “enganchada” a su relación. Por dicha razón, tiende a idealizar a su cónyuge, viviendo en un cierta sumisión hacia él.
En este sentido, la dependencia genera ansiedad pues llena al individuo de temor al creer que en verdad necesita de ciertas situaciones, personas o su pareja para generar emociones agradables en sí mismo. Pero se les olvida que dichos sentimientos se originan en su interior, y no por alguien más, cayendo fácilmente en depresiones, agorafobia y fobia social.
¿Qué hacer para desapegarse de la pareja?
Lo primero que hay que hacer es identificar y conocer los rasgos de personalidad y hacernos conscientes, aunque duela, de que esta situación emocional no es sana a largo plazo. Si reconocemos que podemos ser una persona emocionalmente dependiente, lo mejor es escribir una lista de aquellas cosas que hacemos por amor y que no nos afectan como persona. Y, otro listado de las cosas que aguantamos por el rasgo de dependencia emocional y si influyen de forma negativa en nuestra salud y calidad de vida.
Además, hay que valorar si hemos dejado de lado otras relaciones o amistades importantes, o si hemos cambiado nuestras rutinas de manera drástica al favor de la otra persona. De igual forma, hay que pensar si estamos siendo tratados adecuadamente en nuestras relaciones o si hemos experimentado sufrimiento.
Ahora bien, acudir con un profesional de la salud mental puede ser una gran ayuda para que nos proporcione una serie de herramientas con las que podamos, poco a poco, superar esta necesidad emocional. Los psicólogos utilizan varias técnicas para ayudar a personas que están en una relación de dependencia. Por ejemplo, trabajan variables intrapsicológicas como reforzar la autoestima, optimizar los recursos emocionales, habilidades sociales o la restructuración cognitiva para mejorar la situación de dependencia emocional.
¿Cómo saber si es amor o dependencia?
En una relación que está basada en el amor, estar con la otra persona nos resulta gratificante. En verdad, pasar tiempo con la persona amada nos genera una fuerte sensación de bienestar. Por el contrario, en una relación de dependencia, se está con otra persona para evitar la soledad y los sentimientos de vacío emocional. Básicamente, la persona dependiente no soporta la soledad y no concibe su vida sin tener a alguien al lado.
Simplemente, se ama a la otra persona; se intenta que sea feliz, sin pedir nada a cambio. Cuando estamos en una relación de apego y dependencia, se hace todo por complacer a la pareja, pero esperando a cambio que esa persona esté presente en todo momento. Para ello, se utiliza el control y si hace falta, la manipulación emocional.