Actualmente, cada vez más personas se interesan por el tratamiento estético de la carboxiterapia facial. Es un procedimiento usado para borrar los signos de la edad como arrugas, flacidez y las ojeras mediante la aplicación de CO2. ¿Te gustaría saber detalladamente cómo funciona este método de rejuvenecimiento? No te pierdas nuestro blog o consulta nuestra Maestría en Medicina Estética.
Índice de contenidos
¿En qué consiste la carboxiterapia facial?
Es una terapia en la que se aplica el CO2 en el tejido a tratar mediante microinyecciones. Cuando el dióxido de carbono se inyecta los vasos sanguíneos se dilatan y se produce una oxigenación superior de la piel. Esto permite eliminar las toxinas que provocan el aspecto de cansancio en la cara. Además, la carboxiterapia facial ayuda a la producción de colágeno y elastina, sustancias que permiten el desarrollo de la firmeza en la piel.
El paso del tiempo hace que la piel se vuelva flácida gracias a la disminución de colágeno en el cuerpo. Este tratamiento es de las mejores formas para combatir este problema al igual que las líneas de expresión.
Beneficios de la carboxiterapia facial
La aplicación de este tratamiento en el rostro facilita cambios notorios. Por ejemplo, el color del tejido se ve más natural, la piel se ve más sana y más joven. Este efecto se logrará en todo momento sin importar la intención primaria con la que se aplique la terapia.
Como hemos dicho anteriormente, su uso produce la oxigenación de las células corporales, mejora la circulación y reduce la grasa acumulada. Todo esto se traduce en los siguientes beneficios:
- Reafirma la piel del rostro y combatir la flacidez.
- Disminuye la visibilidad de cicatrices y marcas.
- Aumenta el colágeno de la piel.
- Hace los tejidos más firmes y deja la piel tersa.
- Trata la apariencia de las ojeras muy oscuras y las bolsas de grasa.
- Ofrecer a la piel una luminosidad natural.
¿Cómo se realiza el tratamiento de la carboxiterapia?
El tratamiento de carboxiterapia facial se realiza vía subcutánea y se introduce el dióxido de carbono por medio de un aguja de 0,3 mm de diámetro. Después, se inserta el gas a través de un equipo especial que permite tener un control del volumen y la presión.
Una vez que se hayan puesto las inyecciones, el equipo profesional debe realizar un masaje en el área tratada. Esto hará que sea mejor la distribución y el efecto del CO2.
Recuerda, como todo procedimiento estético, antes de someterte a él es importante que vayas con un médico profesional que te asesore sobre el tratamiento. Por ello, asegúrate de que el material que utilice esté esterilizado y que el CO2 sea de uso medicinal y cumpla con el 99% de pureza.
¿Cuántas sesiones se necesitan?
Las sesiones dependerán de la zona que vayas a tratar, pero se suelen hacer de 5 a 10 sesiones. Lo que más se recomienda es que sean 2 sesiones semanales.
Además, no es necesario guardar reposo después de las sesiones, pero sí hay que evitar la exposición al sol en los dos días seguidos al procedimiento.